
La promesa era grande, casi una fantasía de pibes que crecieron frente a la pantalla. Pero el pasado domingo 9 de noviembre, la locura se hizo real. Bajo el sol implacable de Cuyo, el Aero Club La Puntilla se convirtió en la meca de la adrenalina automovilística, dejando a los fanáticos con la mandíbula en el piso: ¡"Rápidos y Furiosos" desembarcó en Mendoza, y fue una fiesta de fierros para el recuerdo!

Cargados de pasión por los motores de alto rendimiento y el tuning, miles de almas coparon el predio en Luján de Cuyo. La consigna era simple y explosiva: revivir la mítica saga de Hollywood. Y créanme, se cumplió con creces.
El rugido japonés que despertó la siesta cuyana
El evento no solo prometió, sino que trajo los bichos pesados que calientan la sangre. La estrella indiscutida, la que se llevó todos los flashes y suspiros, fue el legendario Toyota Supra. Un bólido que parece escapado de la pantalla grande y que hizo sentir el rugido japonés hasta el centro.
Pero no vino solo. La delegación de la Meca de la Mecánica Japonesa (JDM) fue contundente, una verdadera piña en el estómago para cualquier amante de los "fierros". ¿Quieren nombres? ¡Acá están los verdaderos iconos que hicieron vibrar a la Puntilla!

Toyota Supra El indiscutido, la leyenda JDM.
Nissan 200sx El pistero, puro drift y adrenalina.
Mitsubishi Eclipse El clásico de la primera película, un viaje directo al inicio.
Infinity G35El llamativo, el que te hace dar vuelta.
Mazda Mx5 Miata Ágil y deportivo, el "juguete" perfecto.
Toyota 86 El espíritu moderno de la velocidad.
¿Te imaginaste alguna vez ver los autos de Rápidos y Furiosos en vivo y en directo?" Con esa pregunta picante la organización encendió la mecha de la expectativa, y el 9 de noviembre la respuesta fue un rotundo y atronador "¡SÍ!"
Desde las 12:00 y hasta las 17:00, la tarde se estiró a puro motor, caucho quemado (solo en la imaginación, por supuesto) y miles de fotos.


Fotografías 📸 Thiago Bell
Un aplauso aparte para la organización: en un gesto que les pinta la cara, demostraron que la pasión por los motores es de todos, permitiendo el ingreso sin cargo a personas con discapacidad que presentaron su CUD.
La Puntilla rugió, Mendoza aceleró. Y aunque Toretto y Brian no estuvieron en persona, sus "naves" se encargaron de que cada mendocino se sintiera, por un día, en la línea de largada. ¡Hay que ir pensando en la secuela!