
La ciudad no siempre se grita
A veces se reza.
A veces se calla.
Y a veces, simplemente, se deja mirar.
Así lo entiende José Di María (Joselo), fotógrafo y narrador visual, que presenta La ciudad que respira, una tetralogía fotográfica que invita a recorrer lo roto, lo sagrado, lo íntimo y lo persistente del paisaje urbano. La muestra inaugura el 2 de diciembre en el Museo del Vino de Maipú.
Un viaje y un primer disparador
En Córdoba, con la cámara colgada “por costumbre”, encontró la primera escena de esta serie:
“Un hombre tocaba la guitarra en la puerta de la iglesia. La gente pasaba y era invisible. Yo también me sentí así muchas veces. Entonces pensé: vamos a darle visibilidad a él… y a mí”.
Entre el click y el rec
Para Joselo, la fotografía y el video narran distinto.
“El video es luz plena, vendés un mundo ideal. En la fotografía me atrae la sombra, la clave baja. La sombra es un escudo, es protección”.
Cuatro capítulos para una misma ciudad
Vestigios.
La poesía del concreto.
Liturgia de la luz.
Ciudad en voz baja.
“Antes no sabía cómo ordenar una muestra. Esta vez entendí que las fotos coinciden en algo, pero cada una tiene identidad propia. Por eso las dividí y las conecté por el texto”.
Mostrar: abrir una puerta
“Antes tenía miedo al qué dirán. Hoy lloro con una película y no me importa nada. Bajo la guardia y dejo que cada uno piense lo que quiera. Yo doy un inicio y un casi final; cada persona tendrá su propio cierre”.

La ciudad que respira inaugura el 2 de diciembre en el Museo del Vino de Maipú y podrá visitarse hasta el 16 de diciembre, en los horarios del museo.
Veintisiete imágenes que murmuran más de lo que dicen, que invitan a detenerse en los gestos invisibles, en la sombra que protege, en la luz que se vuelve plegaria.
Es la ciudad, sí.
Pero también es él.
Y, después de recorrerla, también somos nosotros.
