Desde Nashville hasta Mendoza, Mark trajo consigo no sólo su música, sino también la visión de un espacio donde los artistas aún pueden ser auténticos y sonar con libertad.
Amable, generoso y con valores, se ganó el cariño de la comunidad musical: ahora es mendocino. Se ganó a pulso la ciudadanía.
Ayer celebramos su cumpleaños como mejor sabemos hacerlo: con música, alegría y mucha gente querida alrededor.