El Gran Premio de los Países Bajos dejó más que arena en los neumáticos: dejó muchas emociones. En el circuito de Zandvoort, Oscar Piastri volvió a demostrar que no es promesa sino presente, Ferrari se autodestruyó en cadena y Franco Colapinto firmó su mejor actuación del año, quedando a apenas cuatro décimas de los puntos.
Oscar Piatri, el australiano de McLaren largó desde la pole y no soltó el liderazgo ni cuando llovió. Con una conducción quirúrgica y sangre fría ante los embates de Norris, Piastri se llevó la victoria y se consolidó como líder del campeonato de pilotos. Su compañero Norris abandonó por problemas mecánicos, lo que deja al joven Oscar con aire limpio en la tabla y 34 puntos de ventaja.
Si alguien pensaba que Ferrari podía cortar la racha, se equivocó de película. Lewis Hamilton se despistó solo en la vuelta 23 y Charles Leclerc fue embestido por Antonelli, que venía con más ímpetu que cálculo. Resultado: doble abandono, cero puntos y una Scuderia que parece más cerca del diván que del podio.

Desde el puesto 16, Franco Colapinto largó con hambre de puntos y terminó 11°, su mejor resultado en lo que va de la temporada. Superó a Gasly en pista, gestionó bien los neumáticos y se mantuvo firme en una carrera plagada de incidentes. Alpine le pidió devolver posición a su compañero, pero el pilarense dejó claro que está para más. A cuatro segundos del décimo, su actuación fue una declaración de intenciones.
Reconocimiento especial para Isack Hadjar, el francés logró el primer podio de su carrera en su temporada debut en la máxima categoría.
Clasificación final (Top 5)
Posición |
Piloto |
Equipo |
Diferencia |
1° |
Oscar
Piastri |
McLaren |
— |
2° |
Max
Verstappen |
Red
Bull |
+1.271
s |
3° |
Isack
Hadjar |
Racing
Bulls |
+3.233
s |
4° |
George
Russell |
Mercedes |
+5.654
s |
5° |
Alexander
Albon |
Williams |
+6.327
s |
Con McLaren dominando constructores y Piastri afianzado como líder, el campeonato entra en zona de definiciones. Ferrari deberá reinventarse, y Colapinto... seguir empujando. Porque si algo quedó claro en Zandvoort, es que el pibe está para escribir su propia historia.
El próximo fin de semana se corre un clásico, la F1 llegará a Mozna, el templo de la velocidad.