Crítica de “F1: La Película”: Brad Pitt pisa a fondo en una superproducción.

Crítica de “F1: La Película”: Brad Pitt pisa a fondo en una superproducción.

Con el rugido de los motores como banda sonora y la adrenalina de la Fórmula 1 como telón de fondo, “F1: La Película” llegó a los cines con la promesa de ser el gran evento cinematográfico del invierno. Dirigida por Joseph Kosinski (el mismo de Top Gun: Maverick) y protagonizada por un carismático Brad Pitt, la cinta ofrece un espectáculo visual de alto octanaje, aunque con un guion que no logra salir de boxes.

Pitt interpreta a Sonny Hayes, un ex piloto estrella de los años 90 que, tras un accidente que truncó su carrera, es convocado por su viejo amigo Rubén Cervantes (Javier Bardem) para salvar a su escudería en crisis. El regreso de Hayes al circuito lo enfrenta a sus propios fantasmas y a un joven talento rebelde, Joshua Pearce (Damson Idris), con quien deberá compartir equipo y rivalidad.

La trama no sorprende: redención, rivalidad generacional, y una pizca de romance con la jefa técnica del equipo (Kerry Condon). Todo está servido para una fórmula probada que funciona, pero no emociona. El guion, firmado por Ehren Kruger, se apoya más en los clichés del cine deportivo que en la profundidad de sus personajes.

Donde la película realmente brilla es en lo técnico. Kosinski y el director de fotografía Claudio Miranda logran una inmersión total en las carreras gracias a cámaras montadas en autos reales y un diseño de sonido que transmite cada vibración del motor. Las escenas de acción son vertiginosas, con planos que colocan al espectador dentro del habitáculo a 300 km/h. La música de Hans Zimmer acompaña con precisión quirúrgica cada curva y aceleración.

A sus 62 años, Brad Pitt demuestra que sigue siendo una estrella de cine en toda regla. Su interpretación de Hayes combina carisma, vulnerabilidad y temple. Sin él, la película perdería buena parte de su magnetismo. Bardem aporta calidez y humor, mientras que Idris cumple, aunque su personaje queda algo desdibujado.

Aunque la producción contó con el asesoramiento de Lewis Hamilton y se filmó en circuitos reales durante fines de semana de carrera, los fanáticos más puristas de la F1 podrían fruncir el ceño ante ciertas licencias creativas. La película prioriza el espectáculo por sobre la fidelidad al reglamento, algo que recuerda más a Drive to Survive que a un documental deportivo.

 “F1: La Película” es una experiencia cinematográfica que vale la pena vivir en pantalla grande. No reinventa el género, pero lo ejecuta con estilo y potencia. Es cine de entretenimiento puro. Para los amantes del automovilismo, una vuelta rápida que deja buenas sensaciones, recomendable.